Desde el primer día que entré en CITIBOX en enero de 2016 supe que tendría que hacer mil cosas y que el nivel de exigencia sería altísimo. No hace falta ser maga para ello, tan sólo haber pasado un par de horas con David Bernabéu es suficiente para saberlo e interiorizarlo hasta las tripas.

Pasé los primeros meses centrada en probar el modelo de negocio en Madrid. Había que partir de 0. La empresa nació en Valencia y conquistar Madrid era un paso de gigante. Moviendo cielo y tierra, puedo decir que, para el verano, lo habíamos conseguido. Un hito importante que supuso la inyección la posibilidad de atraer más talento y ponerlo a andar. A principios de septiembre de 2016 ya éramos 30 personas.

Google Campus Madrid se nos quedó pequeño. No cabíamos. Octubre fue el momento de crear nuestro propio nido en el centro financiero de Madrid. Nos fuimos a la Castellana a nuestro propio espacio, a nuestra manera, a nuestro estilo, con nuestra personalidad.

En noviembre me bauticé como COO (Chief Operating Officer) en CITIBOX. Lo viví como un asentamiento de lo que ya notaba en mis carnes desde hacía tiempo. Un paso adelante y, al mismo tiempo, seguir en el día a día. Más responsabilidad con mi equipo de siempre en el centro.

El puesto de COO (Director de Operaciones) es el gran desconocido en las startups. En uno de los primeros artículos que leí al respecto del COO de CARTO, Miguel Arias, decía que su trabajo es hacer todo lo que el CEO no quiere hacer. Me gustó muchísimo, pero ¿Qué es eso realmente? Pues simplemente estar día a día en el barro, mejorando los procesos y gestionando a las personas para que la empresa «fluya» hacia la visión que fija el CEO. Nada más que eso, y casi nada por otra parte.

Para mejorar los procesos, el primer paso es conocerlos bien de primera mano. Eso se consigue con relativa facilidad mojándose. Comiendo barro. Estando en el día a día como uno más. Pero hace falta más, por supuesto. El segundo paso, y el más importante, es subir al nivel estratégico y ver cómo se unen todos los procesos de la empresa entre sí, cómo los nodos se conectan, y cómo la relación que tienen entre ellos influye en los resultados. Sin ninguna humildad digo que creo que ese es mi punto fuerte.

Conociendo qué es lo que hace la empresa (procesos) para conseguir dinero (objetivo), toca desmenuzar el objetivo final en hitos intermedios que quepan en la boca para poder masticarlos. De otra forma, sería como intentar beber de una manguera de bomberos. En este punto hablamos de áreas departamentales, con sus objetivos, con sus KPIs y con sus plazos de tiempo para conseguirlos. Es necesario tener siempre, siempre, siempre ¿he dicho ya siempre? en mente que no es lo mismo conseguir las cosas en un plazo que en otro. El tiempo siempre, siempre, siempre es un recurso limitante y que condiciona los objetivos. ¿Es lo mismo hacer la próxima cena para comer dentro dos horas o el próximo jueves?

En este artículo, el gran Jorge Dobón, de Demium Startups, explica qué hace un COO. Me gusta muchísimo de su descripción del puesto cómo relaciona Operaciones con Marketing. Realmente es así en la vida real.

Mi día a día como COO de CITIBOX es realmente intenso. La gestión de personas es siempre lo más complejo, pero absolutamente imprescindible para que las tareas se ejecuten en forma y plazo. Debemos ser invisibles para los clientes. Todo debe fluir como un arroyo en un bosque precioso. El cliente no debe preguntarse cómo han llegado los pedidos a su mano, tan sólo preocuparse de disfrutarlos, al igual que sólo se preocuparía de introducir los pies en ese arroyo cristalino en un fabuloso día de primavera después de una gratificante caminata por el bosque.

Y, para ello, debemos conocer al cliente. A fondo. O nos equivocaremos. No podemos agradar a quien no conocemos. Por eso una parte fundamental de mi trabajo es analizar los datos que tenemos y traducirlos en conocimiento para mejorar los procesos, mejorar la gestión, mejorar el servicio, mejorar la tecnología y mejorar como empresa. Como otras mil veces ya he dicho, aquí me meto de lleno en el campo de Business Intelligence. ¡Qué gran herramienta!

Todo esto que hace un COO no podría hacerlo sin amar su trabajo y sin intentar mejorar día a día profesionalmente. No podría explicar mejor las habilidades de un buen COO que lo que ya está expuesto en el artículo de Ryan Caldbeck «4 Common traits of the best Chief Operating Officers». Espero que mi esfuerzo por desarrollarme como profesional me acerque a conseguir todas estas competencias.

Creo que ser COO en cualquier empresa puede ser un trabajo excepcional. Sé que ser COO en CITIBOX es realmente un trabajo excepcional. Por supuesto, millones de gracias al equipo. Qué haría sin ell@s.