Comencé a trabajar en un Ayuntamiento tres semanas después de tener el título de Ingeniera en la mano, en 2004.

Todo el mundo me felicitó por haber encontrado un trabajo «en la casa grande». No tenía ni idea de qué era todo aquello. En mi primer día de trabajo una frase me quedó grabada a fuego: «no vayas tan rápido, a ver si lo vas a terminar todo hoy». Me la dijo un amigo de la infancia con el que compartía oficina. Era una broma, pero enseguida entendí por dónde iban los tiros. Estuve allí casi un par de años. No me voy a quejar de la gente con la que trabajé, pues la recuerdo con mucho cariño. Pero sí tengo muy presente el sentimiento de estanqueidad, de inmovilidad que tenía cada hora que pasaba allí. Tuve que dejarlo, o corría el riesgo de quedarme disecada en mi sitio.

Desde enero de 2005 soy autónoma.

Comencé con mi propio despacho de ingeniería con más miedo que vergüenza, no sabiendo si iba a conseguir dinero para dar de comer a mi hijo. Pero me moví todo lo que pude, removí piedras y montañas buscando contratos y las cosas fueron saliendo. El miedo era bastante, la incertidumbre más, pero no podía (ni quería) volver a la situación anterior. Así que fui adelante, presentándome a toda persona a la que creía que podía ser de utilidad. En esa etapa como profesional liberal llegué a ser la Decana del Colegio de Ingenieros de Montes en Asturias (entre 2008 y 2012) y a disfrutar mucho de mi profesión.

En 2008 no me bastaba con gestionar mi propio despacho. Quería dirigir una empresa de verdad.

Me surgió la oportunidad de presentarme al puesto de directora en una bodega en Asturias. Comencé a gestionar el equipo en septiembre de 2008 con toda la ilusión que tenía en el cuerpo. En esa época también estaba embarazada de mi tercer bebé. Fue un tiempo de cambio, de mucho trabajo intentando sacar el negocio adelante. Estudié textos y aprendí con la experiencia, escuchando a los socios y a los proveedores, intentando encontrar un hueco en el mercado de los vinos, tan difícil como maduro. En julio de 2009 promoví el comienzo de otra etapa en esa empresa, con otra nueva dirección. Entendí que mi tiempo allí había terminado.

Mientras seguía con mi carrera de ingeniera, me surgió la posibilidad, en diciembre de 2009, de impartir formación a través de un Colegio Profesional de Ingeniería. Impartir formación era algo habitual en mi día a día desde hacía décadas. Con 15 años comencé a dar clases de música para ganarme un sueldo.Después la música dio paso a la física y a las matemáticas y, desde 2003, la ingeniería era una temática recurrente en mis clases. La novedad era hacerlo a través de Internet, básicamente.

De esa oportunidad surgió, con otros socios, e-TECMA LEARNING SL. Mi primera SL que se materializó en mayo de 2010.

No voy a decir que es como tener un hijo, pues el tener tres churumbeles aporta mucha perspectiva, pero el crear una empresa es un momento importante en la vida de una persona. Desde que nace, consume muchas energías, mucho tiempo, dinero, ilusión…pero sigo pensando que merece la pena. Esta empresa llegó a ser una gran familia formada por veinte personas. En 2014 finalizó su actividad. El principal factor de peso fue la caída de la actividad de ingenieros y arquitectos debido a la crisis. Fue un mazazo para nosotros.

FUTURELAND CONSULTORES SL nació en noviembre de 2011 con Álvaro, mi colega y amigo.

Llevábamos años trabajando juntos recorriendo los montes asturianos, buscándoles un respiro. Espero que alguien nos recuerde de esa manera, como unos profesionales que aportaron algo de esperanza al campo asturiano. Fueron muchos los proyectos que hicimos en los tres años que vivió la empresa. Trabajamos con niños en colegios, con la Administración regional, con propietarios particulares…Fue intenso y nos dio un conocimiento profundo de la problemática rural asturiana. Aún cuando subo a dar un paseo a algún monte y está despejado, puedo ver en la distancia casi todos los pueblos a los que fuimos en aquellos dias.

En 2013 e-TECMA LEARNING ya estaba dando señales de agotamiento. Mientras buscaba soluciones me fasciné con los datos. En todas mis empresas había buscado datos, información, que me ayudase a equivocarme menos, a tomar mejores decisiones y a intuir mejor qué pasaría en un futuro con cada uno de mis pasos. Ahí comenzó mi búsqueda sin descanso hacia lo que hoy puedo poner nombre: business intelligente y big data.

En 2015 nace iWATRIX SL  dedicada a Customer analytics.

En enero de 2016 me zambullo totalmente en CITIBOX como CMO para aplicar todo lo que sé relacionado con marketing y análisis de datos.

Tengo la empresa en mi ADN.